Nuestra historia

Mi infancia transcurrió alrededor de la máquina de coser de mi abuela,
en la casita de madera y chapa que esa misma maquinita había construido… puntada tras puntada…
Casa de obreros, con galería, higuera y parra, por allá en los mil novecientos veintitantos.   Doña Aurora era chalequera, y trabajaba desde los 8 años.   A los 11 se recibió del “corte” (Corte y confección, como se decía en esa época).  Y nuca se detuvo h asta el día en que partió.  

Ella, con su sabiduría de años, me entregaba una pequeña aguja y retazos de tela para mantenerme entretenida. Fue así como mis primeras creaciones nacieron: diminutas
prendas para las muñecas que se convertían en mis fieles modelos.

Con el tiempo, conforme fui creciendo, las agujas se convirtieron en extensiones de mis dedos, y las telas en lienzos donde plasmaba mi creatividad. La necesidad de vestirme con elegancia y la escasez de recursos me empujaron a diseñar mi propia moda, con el ingenio como única herramienta y la determinación como motor.

Pero mi verdadera pasión siempre estuvo en la ropa interior. Cada mes, después de largas jornadas de trabajo, me permitía el lujo de buscar el conjunto perfecto. Sin embargo, la realidad era a menudo decepcionante. Los modelos que tanto me enamoraban en la vidriera, rara vez se ajustaban a mi cuerpo de la manera que esperaba.

Y luego vinieron los desafíos propios de la maternidad. El aumento de peso durante el embarazo me llevó a explorar nuevos horizontes en la confección de prendas. Con tallas que desafiaban las convenciones, descubrí la verdadera necesidad de adaptar la moda a los cuerpos "no hegemónicos".

Así, paso a paso, fui adentrándome en este maravilloso mundo de la confección. Cada puntada, cada corte, era una lección aprendida. Con el tiempo, mi pasión se convirtió en mi profesión. De una modesta máquina de coser a un taller boutique completo, cada herramienta se convirtió en un instrumento para dar forma a mis sueños.

Y así nació Allowed Body, un espacio donde la autenticidad es la única regla. Aquí, todo está permitido, sobre todo ser quienes somos. Los invito a acompañarme en este viaje, donde compartiré los frutos de mi trayectoria y brindaré un lugar donde cada cuerpo es celebrado y cuidado con amor y dedicación.